Tribute
El retrato y el autorretrato en la fotografía analógica son la encarnación del anhelo de ser recordado.
Cada imagen se convierte en un testimonio de un instante efímero, envuelto en un aura de inmortalidad teñida de melancolía.
Al posar, el sujeto se entrega a la historia, mientras el fotógrafo actúa como un mediador entre el deseo de no ser olvidado y la necesidad de reconocerse a sí mismo.




















